BIFAR 140

[35] ara 2021, en el Banco hemos rebajado las previsiones que realizamos en abril, estimando ahora un incremento del PIB en España del 5,1%, y del 4,6% en Aragón. Parte de esta rebaja la trasladamos a un mayor crecimiento en 2022. Así, para el próximo año, esperamos un aumento del PIB del 7,2% y el 7,4% para el conjunto del país y la comunidad autónoma aragonesa respectivamente. La recuperación se ha consolidado gracias al relativo control de la pandemia y a eliminación de las restricciones. No obstante, lo que se planteaba como un periodo apacible de fuerte crecimiento, en buena parte automático por el mero efecto reapertura, está siendo más turbulento de lo previsto. El retorno de la demanda ha superado las expectativas, y la oferta de algunos productos no estaba preparada para satisfacerla. Esta situación ha provocado retrasos en los tiempos de entrega, problemas de suministro y, sobre todo, subidas de precios. La economía aragonesa se ha visto particularmente afectada por la problemática de la carencia de suministros, sobre todo de chips, por su fuerte repercusión sobre la industria del automóvil, a la que tenemos una elevada exposición. El deterioro de la producción de las ramas de la industria afectadas está evitando una mayor aceleración en el crecimiento. Afortunadamente, se trata de un problema temporal que, según las previsiones del sector, irá resolviéndose en el transcurso del próximo año; y, sobre todo, está viéndose compensado por el buen comportamiento de otras ramas industriales como energía, material y equipo eléctrico, química o productos farmacéuticos, y de la agricultura, y por la cada vez más avanzada recuperación del sector servicios y de la construcción. El desempeño del mercado laboral en Aragón ha sido muy positivo. El número de afiliados a la seguridad social supera el previo a la pandemia. Por otra parte, la tasa de paro del tercer trimestre, del 8,8%, fue la más baja desde 2008 y la menor entre las comunidades autónomas de en nuestro país. Sin embargo, hay que matizar que esta reducción de la tasa de paro proviene en parte de la bajada de la población activa, ya que la ocupación está evolucionando de forma algo menos favorable como en el conjunto de España. Contexto internacional La recuperación de los países avanzados ha tomado impulso, sobre todo en aquellos donde se inició de forma tardía, como es el caso de los pertenecientes a la Zona Euro. Así, el PIB del conjunto de la Zona Euro creció un 2,1% en el segundo trimestre del año y un 2,2% en el tercero, y está a sólo un 0,3% de recuperar los niveles previos a la pandemia. El PIB estadounidense, por su parte, ya supera el dato previo a la crisis sanitaria, con un incremento del 1,4% en el tercer trimestre de 2021 respecto al cuarto de 2019. En sentido contrario, tras su rápida salida de la crisis en 2020, la economía China se está desacelerando, en buena parte por el enfriamiento del sector constructor e inmobiliario, que se había expandido intensamente durante los años anteriores. Como bien sabemos en nuestro país, el deterioro en este sector tiene importantes implicaciones sobre el conjunto de la economía, lo que afectará negativamente a las importaciones del gigante asiático y a todo el crecimiento mundial. Curiosamente, el menor dinamismo de China podría contribuir a que la aceleración de los precios que hemos vivido durante los últimos meses sea un fenómeno transitorio pues, como avanzábamos, está muy ligado a los de las materias primas, para los cuales, la demanda china tiene un papel determinante. En este contexto de evolución de los precios, la política monetaria está dando un giro y va a ser menos expansiva que en los dos últimos años, sobre todo en Estados Unidos. Esto es compatible con unos tipos de interés todavía muy bajos en términos históricos que fomentan la inversión y la asunción de riesgos. Crecimiento menor del esperado en España El bajo punto de partida en nuestro país, tras una caída del PIB más grave que en la mayoría de los países avanzados, nos hacía esperar un buen desempeño relativo conforme se retomara la actividad de los sectores más afectados por la pandemia, pues consideramos que los daños sobre los mismos no son estructurales (a diferencia con lo ocurrido con la crisis de 2008-2013). Con los datos publicados hasta la fecha, esta convergencia no se está produciendo, ya que el PIB todavía se situaba en el tercer trimestre un -6,1% por debajo del promedio de 2019, alejándose del comportamiento de otros países de nuestro entorno, que prácticamente han vuelto a los niveles previos a la pandemia. Buena parte del peor comportamiento relativo del PIB proviene del consumo privado, que está un -7,6% por debajo del promedio de 2019 en España frente a un -2,1% en la Zona Euro. A pesar de la sorprendente recuperación del empleo, la renta disponible de los hogares no ha tenido una evolución tan positiva. En ello ha influido la política fiscal, menos expansiva que en la mayor parte de los países avanzados. Los datos de compraventa de viviendas, que superan ampliamente los de 2019, parecen indicar que el exceso de ahorro de las familias españolas generado durante la pandemia se está canalizando a la inversión y no al consumo, pero sin que eso se refleje en un aumento de la inversión en construcción recogida en los datos de PIB. En cualquier caso, la recuperación de la economía española está ganando tracción: el PIB creció un 2,0% en el tercer trimestre, e indicadores como la facturación empresarial, la evolución del sector inmobiliario o, sobre todo, el empleo, parecen revelar que la situación de la economía española es algo más favorable de lo que las cifras de PIB nos dicen. Llegados a este punto, hay que seguir trabajando para terminar con la pandemia para que la recuperación de los sectores rezagados culmine en 2022. Al mismo tiempo, conviene invertir, con la ayuda de los fondos europeos y de un sistema financiero saneado, en ramas de actividad con potencial para mejorar nuestras condiciones de vida. En este contexto, la tradición de acuerdos entre los distintos agentes sociales de nuestra región nos coloca en una posición ventajosa para atraer proyectos. La recuperación económica de Aragón culminará en 2022 Santiago Martínez Morando. Jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja Previsiones PIB noviembre de 2021 Crecimiento anual del PIB 2021 2023 2020 -10,4% -10,8% 5,1% 4,6% 7,4% 7,2% 4,7% 4,0% Aragón España 2022 Previsiones PIB abril de 2021 Crecimiento anual del PIB 2021 2020 -10,4% -10,8% 6,5% 7,4% 6,6% 6,9% Aragón España 2022 Servicios Colegiales

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